Frente a la declaratoria de Guillermo Lasso, del terrorismo como amenaza contra el Estado, manifestamos lo siguiente:

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Creemos que esta decisión responde claramente a una búsqueda desesperada por recuperar un poco de legitimidad frente al desprestigio que se ha ganado el gobierno por sus malas decisiones y nulas políticas para garantizar bienestar y seguridad a la población. Esta falta de credibilidad, la enfrenta no solo él y su gabinete sino también sus fuerzas de seguridad, que se han visto inmiscuidas en tramas de corrupción y abuso de poder. Por lo tanto, pensamos que tampoco es casual que, esta declaratoria, se dé frente a su amenaza de destitución por un juicio político en curso.

Definir exactamente por qué llegamos a este punto de la realidad nacional, con los índices más altos de criminalidad de la historia, muertes violentas, sicariatos, masacres carcelarias, no es difícil de responder. En un país donde nos acecha no solamente la violencia de las bandas organizadas, sino sobre todo el desempleo, la deserción escolar, la desnutrición infantil, el desmantelamiento de la salud pública y la seguridad social, por una política estatal que ha descuidado todos estos aspectos a propósito. Esto solamente podría llevarnos a otra realidad en la que los empobrecidos ensanchen las filas de la criminalidad. Que las bandas tengan el control del país es culpa del recrudecimiento de las desigualdades sociales que han orquestado los últimos gobiernos.

Estamos seguros de que, el gobierno no solo no puede luchar contra el crimen organizado, sino que no quiere hacerlo. Porque en esta dinámica, participan no solo bandas criminales, -como quiere hacernos creer- sino que se teje como red transnacional principalmente gracias a la participación de agentes estatales de todo nivel, tanto de las instituciones (financieras, tributarias, aduaneras) como de policías y militares; además de grandes capitales de empresas privadas. Sin esta complicidad y encubrimiento del estado y las élites, las mafias organizadas no tendrían tanto éxito.

Si el gobierno quisiera verdaderamente luchar contra el crimen organizado, debería atacar sus verdaderas raíces. Primero garantizando condiciones básicas y dignas para la vida, pasando por atacar los circuitos económicos del narco y también empezando a volcar el discurso del narcotráfico hacia el consumo de drogas como un problema de salud pública y no como un problema moral o delictivo.

Sin embargo, solo vemos como cada vez ensancha los aparatos represivos, aumenta las penas a delitos y llena las cárceles – ya hacinadas-, a conveniencia de un sistema judicial podrido en corrupción. Pero las cosas no queda ahí, el estado neoliberal de Guillermo Lasso se ha encargado de dotar de monstruosas cantidades de armamentos a militares y policías, extendiendo su uso incluso a la población civil, con lo cual pretende instaurar una falsa calma en la opinión pública.

Esta agudización del imaginario de terror, del que son cómplices también los medios de comunicación hegemónicos, quienes legitiman permanentemente el discurso del terrorismo, metiendo en el mismo saco a narcos, criminales y movimiento social organizado, solo son parte del gran entramado del miedo, la zozobra y la incertidumbre al que nos tienen expuestxs.

Pretenden hacernos creer, como si fuéramos niñxs, que estás medidas disuadirán la criminalidad. Pero sabemos, muy tristemente, que aun cuando su política oficial de asesinato fuera exitosa en eliminar a los criminales -personas- a los que considera desechables, estas filas se llenarían nuevamente con todos los hambrientos, desempleados y olvidados de esta tierra.

Además, hay otra alarmante intención en la ambigüedad del término terrorismo, que no es nueva, sino que ha sido aplicada por los gobiernos autoritarios y neoliberales de toda Latinoamérica desde los años 70. Con esta política criminalizan a actores que luchan contra un sistema precarizador: el movimiento indígena y campesino y las organizaciones sociales, estudiantiles y de trabajadorxs.

El discurso de la “amenaza a la seguridad interna del estado” ha sido siempre un discurso de las élites en contra de quienes cuestionamos sus privilegios y políticas hambreadoras, ya que su riqueza y poderío solo se ha podido edificar a costa de la pobreza de las mayorías.

El estado de excepción permanente al cual la institucionalidad nos ha sumido con la presencia de miltares en las calles, nos recuerda los grandes crímenes de Estado de la historia latinoamericana donde este tipo de instrumentos legales e institucionales han devenido en abusos, torturas, falsos positivos, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales.

Sabemos que la lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico es necesaria. No podemos cerrar los ojos y ser complacientes cuando en nuestras narices las mafias y la burguesía se reparten el país, la mayoría de veces en acuerdo y complicidad. Pero no podemos caer en ingenuidades, creyendo que el problema se resolverá reprimiendo más al pueblo.

  • Señalamos públicamente a Guillermo Lasso como responsable de todos los atropellos al pueblo que puedan suceder en su afán de mantenerse a toda costa en el poder y así defender sus intereses económicos y los de su clase política.
  •  Rechazamos el permanente estado de sitio al que las bandas transnacionales y las fuerzas represoras del Estado nos tienen recluidos.
  • Llamamos a mantenernos vigilantes ante los atropellos a los DDHH que se puedan generar so pretexto del decreto ejecutivo 730, así como también alertar de los posibles falsos positivos y criminalizaciones a luchadorxs sociales que el carácter discrecional de este decreto pueda ocasionar.
  • Exigimos políticas publicas integrales que garanticen salud, educación, empleo digno y seguridad social para todxs.

Contra la arremetida neoliberal, a preparar la ofensiva popular

Primeras lecturas postelectorales: LA DERECHA PERDIÓ, LA IZQUIERDA NO HA GANADO NADA

El domingo 5 de febrero, la derecha partidista, perdió de manera contundente en las urnas. Con esto no queremos decir que la izquierda ganó. No consideramos esto como una victoria para las clases populares. Pero sí reconocemos que las dos mayores fuerzas de derecha (Partido Social Cristiano y CREO) fueron derrotadas en sus puntos clave: las alcaldías y prefecturas de los territorios más poblados y la consulta popular.
Tenemos la certeza de que este gobierno no es incapaz o ineficiente. Es un gobierno sádico que sigue disciplinada y sistemáticamente una agenda de precarización neoliberalista y empobrecedora. 
En ese sentido, el resurgimiento del correísmo no responde a un voto ideológico o de fondo. Es la respuesta desesperada de un pueblo que ha sufrido ya seis años de neoliberalismo a nivel nacional, y hasta 30 años en ciudades como Guayaquil. Así, una nueva administración «progresista« puede ser un paliativo en las necesidades urgentes de un pueblo totalmente abandonado en salud, educación, seguridad y todos los derechos más básicos. 
Con el tablero reorganizado de esta manera, no podemos caer en ingenuidades. Sabemos que las comodidades que el estado de bienestar socialdemócrata ofrece a ciertos sectores sociales y los estímulos que brinda a organizaciones políticas, pueden redundar en un adormecimiento generalizado y represión a quien no se pliegue a su proyecto como ya ocurrió en los (des)gobiernos de la «Revolución» Ciudadana.
Entendemos, entonces, que el desafío es en el mediano plazo. Con un gobierno central que pende de un hilo y puede agudizar sus políticas represivas y persecutivas, con una clase media-baja (porque ya no existe la clase media), que se vuelve a inclinar por el progresismo y un país marcado por la violencia del narco y la desigualdad: la organización y autogestión son nuestra propuesta. 
La tarea que nos proponemos es tender puentes con todas las indivualidades y colectividades cansadas de la miseria. No para esperar pasivamente un gobierno que solucione todo, sino para atrevernos a soñar en conjunto con un mejor mañana totalmente distinto, sin temerle a la utopía.
Por eso, y con miras a un nuevo mundo, 

¡a preparar la ofensiva popular!

 

PARO NACIONAL: Se lee dignidad, se escribe lucha

Desde que el actual gobierno asumió el mando, el 24 de mayo de 2021, sus afrentas contra las clases trabajadoras han sido constantes y se han intensificado hasta llegar a un punto insoportable. Las políticas neoliberales, el nivel de inflación en los productos de la canasta básica – efecto del incremento del costo del combustible-, la desinversión en educación y un sistema de salud pública totalmente colapsado son algunas de las razones por las que el pueblo está agotado.

El lunes 13 de junio, el movimiento indígena inició movilizaciones, llamando al Paro Nacional y convocó a otros sectores a sumarse a las medidas de hecho. Múltiples organizaciones e individualidades nos hemos convocado en las distintas ciudades del país para hacer uso de nuestro derecho a la protesta y la resistencia plenamente reconocidos por la Constitución.

La respuesta del gobierno y sus fuerzas represoras ha sido la violencia, el único idioma que saben hablar. La Policía Nacional, amparada en la Ley de Uso progresivo de la fuerza (que, por cierto, aún no entra en vigencia) ha arremetido con sadismo, deteniendo y maltratando a decenas de manifestantes, efectuando procesos totalmente ilegales y llenos de irregularidades. Los medios hegemónicos han hecho eco del mensaje distorsionado del gobierno, calificando de vandalismo o terrorismo cualquier acto de resistencia, criminalizando la protesta como desde hace meses. Así mismo, las fuerzas represoras y el sistema judicial han hostigado a líderes comunitarios y políticos a lo largo de todos estos días.

El viernes 17 de junio, después de cinco días de movilizaciones y brutal represión, el presidente La$$o decretó el estado de excepción en las provincias que mayor actividad han tenido. Con estas medidas, privilegia los derechos de los burgueses, protege los «sectores estratégicos» y busca intimidar a quienes nos manifestamos. ¿Con qué cara quiere garantizar el derecho a la libre circulación si a la gente ya no le alcanza para el pasaje? ¿Con qué cara busca garantizar las actividades laborales si ya casi nadie cuenta con un empleo digno? ¿Con qué lógica prioriza unos derechos por sobre otros?

Nos resultan alarmantes los artículos del Decreto 455:

– Art. 6.- suspender el derecho a la libertad de asociación y reunión de las personas.
– Art. 7.- Toque de queda.
– Art.12.- Extradición a extranjeros detenidos en las movilizaciones.
– Art. 16. Suspensión del derecho a la inviolabilidad del domicilio y libre tránsito.

Al primer llamado del amo, las FFAA ya se han desplegado y militarizado zonas del campo y la ciudad. Se ha confirmado el fallecimiento de una persona en el marco de las protestas, hay varias heridas y una que perdió su ojo por un impacto de proyectil. Además, el sábado 18 de junio, el auto en el que se movilizaba Leonidas Iza recibió un impacto de bala en un atentado. Así mismo, la Policía Nacional, allanó hoy domingo 19 de junio la Casa de la Cultura Ecuatoriana, sitio de albergue para las personas que se movilizan para protestar a Quito, «buscando material bélico tras una supuesa denuncia ciudadana» y violando uno de los sitios de acogida humanitaria. Es evidente que tienen una agenda de intimidación y acoso tenaz. Tenemos ante nosotras todos los elementos de un Estado de Terror. ¿Quiénes son los terroristas?

Si en algún momento hubo dudas sobre la fascistización de este gobierno, hoy no nos quedan más que certezas. Y es nuestro deber hacerle frente. Hacemos un llamado a seguir organizándonos, en las calles, en las plazas, en los barrios, en las universidades, y hasta en las mismas casas. Todxs podemos aportar algo.
Súmate a los cacerolazos, a las marchas y plantones, arma brigadas de salud, instala centros de acopio, difunde y comparte el contenido de medios alternativos y no dejes de hablar del tema. El paro no para y es nuestra tarea preparar la ofensiva popular, unamos nuestras fuerzas en un solo puño, unamos nuestras voces en una sola, que grite ¡dignidad!

Ningún derecho se ha conseguido de rodillas, la justicia social se consigue con la lucha colectiva.
¡A LAS CALLES!

Solidaridad a lxs antifascistas bielorrusos detenidos

Recientemente, una docena de antifascistas en Mozyr, Bielorrusia, fueron arrestados y sus casas allanadas por las fuerzas de seguridad Bielorrusas acusándolos de ser “un grupo anarquista organizado de carácter extremista» tan solo por manifestarse abiertamente en contra de la policía y su represivo accionar. También, por difundir información que aboga contra el paso de tropas rusas por Bielorrusia para atacar Ucrania y (por supuesto) criticar el régimen actual del Lukashenko 

Kita, es una de las compañeras detenidas que enfrenta la mayor pena, pues aprovechando su popularidad en redes sociales, difundía mensajes antifascistas, anarquistas y denunciaba el movimiento de las tropas rusas alrededor de Bielorrusia.

Kita y sus compañerxs fueron arrestados por hacer una declaración pública contra la guerra y son acusados de “propagación del odio hacia un determinado grupo social” y “apoyo a la actividad extremista”. 

Desde Latinoamérica exigimos su pronta liberación. Alzamos nuestra voz y expresamos solidaridad con todxs quienes desde sus las trincheras luchan contra el fascismo en todas sus expresiones.

Solidaridad con lxs Antifascistas Bielorrusos

8 de Marzo: Que caigan juntos capitalismo y patriarcado

Esta fecha nos enseña que los derechos se conquistan, no se los recibe por arte de magia. Es una fecha para conmemorar y entender que no se puede felicitar a nadie mientras sigamos siendo ultrajadas, vulneradas, asesinadas, violentadas y ridiculizadas.

Cuerpos – tierras – territorios, a la ofensiva por su emancipación. . Mientras el patriarcado siga siendo la punta de lanza del sistema, y sigan saqueando los territorios ancestrales, y mientras los cuerpos feminizados, indígenas y negros sean los más precarizados, ninguna de nosotras será libre

Saludamos nuestras hermanas de clase, compañeras y amigas, que desde cada uno de sus espacios y trincheras impulsan las luchas. Pero también saludamos a las que aún callan, a las maltradas y perseguidas por ustedes también luchamos compañeras.

Lxs antifascistas nos posicionamos y sostenemos que:

1) Mujeres, cuerpos gestantes y disidencias somos explotadas desde antes de nacer hasta nuestra muerte por la avaricia del capital y el sadismo del patriarcado. La mayoría de personas bajo la línea de pobreza en el mundo, somos mujeres.

2) Desde la constitución de la propiedad privada y el capital las mujeres y los cuerpos feminizados son utilizados como pertenencias que se pasan de una generación a otra. Las mujeres hemos sido desposeídas, utilizadas y cosificadas por y para el beneficio del patriarcado.

3) Hoy por hoy, seguimos haciendo más del doble del trabajo que nuestros compañeros varones, y ganamos mucho menos que ellos. Aunque existan leyes paliativas en ese sentido, la estructura que nos esclaviza está igual de vigente que siempre.

4) Las mujeres de clases populares seguimos teniendo menos derechos. Mucho peor si somos disidencias, quienes nos vemos empujadas a los trabajos más precarios e informales. Jornadas extensas con las que no logramos el salario básico, ni accedemos a derechos laborales. Esto se puede ver en la Seguridad Social, en la que del total de jóvenes afiliados, solo 296 000 son mujeres, frente a 394 000 hombres.

5) El trabajo no remunerado, el trabajo doméstico, los trabajos de cuidado, la crianza de niñxs, el cuidado de adultxs mayores, el cuidado de la naturaleza, etc., caen mayoritariamente sobre nuestros hombros, desgastándonos física y emocionalmente y sin recibir ningún tipo de compensación.

6) Según las últimas mediciones disponibles, en Ecuador el trabajo no remunerado, realizado en su mayoría por mujeres, representa el 19,1% del Producto Interno Bruto, convirtiéndose en la principal actividad económica por encima de la construcción (11,2%) y la extracción de crudo y gas natural (3,6%). En Ecuador las mujeres trabajan 22 horas más que los hombres en trabajo no remunerado. Las mujeres de 30 a 44 años son las que más carga asumen.

7) Los hombres no son nuestros enemigos, puesto que en nuestra lucha caben todxs quienes se cuestionen y quieran luchar contra el patriarcado. Sostenemos que las militancias debe ser un espacio seguro para mujeres y diversidades, libre de violencias patriarcales. No tenemos una sororidad ciega, nos determinamos junto a nuestra clase, nos desligamos de los feminismos liberales y burgueses, señalamos y rechazamos también a las mujeres de la clase dominante y somos enfáticas: no les debemos ningún cuidado ni lealtad.

8) La violencia psicológica, física, patrimonial y sexual son dinámicas de opresión que encarnan lo peor del capital.

9) Estamos cansadas de que nos maten, nos violen, nos esclavicen, nos usen como botín de guerra, y nadie haga nada. Pero ni hoy ni nunca nos cansaremos de luchar por nuestra emancipación. Por nuestros derechos laborales, sociales, sexuales y reproductivos. Por las que ya no están, por las que estamos y por las que vendrán.

El Capital y el Patriarcado están sedientos de nuestros cuerpos, de nuestra fuerza de trabajo y de nuestro tiempo de vida.

A organizar la ofensiva popular
¡Ni sumisas, ni pasivas!
¡AQUÍ ESTÁN LAS ANTIFASCISTAS!

¡Las niñas son niñas, NO MADRES!

El aborto es una práctica milenaria y ancestral. Nuestras abuelas ya lo practicaban, también lo practicaban las culturas prehispánicas. Sin embargo, los defensores de la «tradición, la moral y las buenas costumbres» son quienes más se escandalizan cuando las organizaciones sociales queremos colocar este tema como un problema de salud pública.

La controversia entorno al aborto tiene su origen en la modernidad, principalmente por la incidencia de la Iglesia en las funciones del Estado, como la administración de la salud, y en nuestrxs cuerpxs. Pero lxs cuerpxs no le pertenecen a Dios. Nuestras decisiones tampoco.

Ya saltarán quienes se rasgan las vestiduras afirmando falacias contra la ciencia o los derechos de las mujeres y la clase trabajadora. No olvidemos lo que el mismo Papa nos dijo la semana pasada «somos egoístas si preferimos tener mascotas a parir niñxs». Sin embargo, la Iglesia y sus portavoces moralistas y antiderechos guardan silencio sobre las 3000 niñas menores de 14 años que cada año son madres en Ecuador producto de violación. Algunos de estos antiderechos se creen con la autoridad moral para decirnos que no abortemos, solo porque dejan donaciones a las niñas de 14 años en la maternidad durante Navidad. Con estas acciones limosneras solamente tratan de limpiar sus descompuestas almas, pero obviamente no logran abordar ni de cerca el problema de raíz.

Lo fundamental es entender que este es un problema estructural. Tiene su raíz en el núcleo mismo del sistema capitalista y patriarcal, que considera a las mujeres como a la tierra: un bien que explotar y del cual gozar. Obviamente, esta realidad no se va a solucionar por las dádivas de una élite que blanquea su moral dando limosna. Esta es una problemática que hay que abordar desde la conciencia de clase y desde la perspectiva de la salud como un derecho universal y laico.

No estamos pidiendo favores, y no nos conformaremos con una ley, pero sabemos que es un avance mínimo de dignidad para quienes han vivido violaciones. Si el Estado no es capaz de impedir las múltiples violencias hacia nosotras, lo mínimo que puede hacer es no obligar a las mujeres a parir lxs hijxs de sus agresores. Por eso, nos plegamos a la convocatoria de varias organizaciones de mujeres y feministas para decirle a la Asamblea Nacional que este es un derecho fundamental para nosotras.

Hemos luchado por este y lo seguiremos haciendo, hasta que sea una realidad concreta.
Los derechos no se me mendigan, se toman, se arrancan.

¡Las niñas son niñas, no madres!

Antifascistas por el aborto seguro, libre y gratuito

27 de noviembre: Despenalización de la homosexualidad en el Ecuador

El 14 de julio de 1997, la policía ingresó de forma violenta a un bar LGBT de la ciudad de Cuenca y detuvo a decenas de personas de diversidades sexogenéricas a las que, como parte de la detención, sometió a abusos, torturas y violaciones. Esto era una práctica común en ese entonces, pues antes de 1997, el Art.516 del Código Penal del Ecuador tipificaba a la homosexualidad como delito y la penalizaba con cárcel.

Es difícil de imaginar, pero hace tan solo 24 años ser parte de las diversidades sexogenéricas era penado con cárcel de 4 a 8 años y sin lugar a duda a constantes vejaciones por parte de la policía “nos detenían, nos pegaban y nos lanzaban a la laguna de la Carolina”, son algunas narraciones de personas transgénero que lideraron la resistencia en ese entonces.

Gracias a la lucha y acción directa de colectivos LGBT, entre los que resalta el accionar de personas de la comunidad en condición de precariedad, marginalidad, prostitución y calle se recogieron firmas y se hicieron marchas de la mano de la Asociación de gays, travestis y transgénero Coccinelle, logrando que el 27 de noviembre de 1997 se despenalice la homosexualidad y que así nuestra vida deje, al menos en cuerpos legales, de ser desechable para el sistema de gobierno y la sociedad.

Este fue un gigantesco avance en cuestión de derechos humanos que abrió la puerta a muchos más logros; sin embargo aún falta mucho por recorrer. Ser parte de las diversidades sexogenéricas ya no es un delito, pero quienes pertenecemos a la población LGBTIQ+ aún sufrimos de discriminación en la calle, en nuestros hogares y en el campo laboral; todavía existen clínicas de deshomosexualización, donde se tortura a jóvenes para que cambien su orientación sexual.

Aún son comunes los asesinatos por el odio a lo diferente, aún lxs trans, como Helen, morimos en las cárceles abandonadxs por el Estado y también a lxs trans aún se nos niega el acceso a un empleo digno relegándonos y obligándonos a dedicarnos a la prostitución. Por si fuera poco, aún se nos expulsa de los espacios públicos por el hecho de ser distintxs.

Pensamos que solo la organización popular y la acción directa acabará con el fascismo, machismo, homofobia y transfobia. Es momento de actuar, organizarnos y combatir.

“En un mundo de gusanos capitalistas, hay que tener coraje para ser mariposas”

A preparar la ofensiva popular
Acción Antifascista Ecuador

25 de Noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 

Violencia es una palabra que cada vez se vuelve más cotidiana.  Vemos a amigas y conocidas sufrir violencia intrafamiliar en silencio y callar por el miedo o la necesidad económica. 

Vemos como a diario se reportan sin cesar casos de feminicidio, ya que en el territorio denominado Ecuador una mujer es víctima de feminicidio cada 3 días. Vemos el genocidio de las cárceles propiciado y encubierto por el Estado, y fuera de esos muros, vemos a madres, esposas, hermanas e hijas llorar desesperadas a sus muertos que han sido tratados como seres humanos de segundo nivel, mientras suplican por justicia y son ignoradas. 

La violencia contras las mujeres tiene múltiples formas y muchos ejecutores, pero siempre es una violencia estructural, enraizada, normalizada y hasta en algunos casos romantizada. 

Sentimos la desigualdad  a diario: en el acoso callejero, en los salarios menores que percibimos solo por ser mujeres, en las tareas de cuidado que sobrecargan sobre nuestros hombros, en los territorios donde resistimos frente a las grandes empresas extractivas que quieren llegar a saquear, militarizar y precarizar la vida; en las calles cuando trabajando con nuestro cuerpo como único recurso, aprendemos a vivir y enfrentarnos al miedo de ser mutiladas, asesinadas y desaparecidas mientras a los ojos de la sociedad somos solo putas; cuando en cualquier institución pública o privada nos discriminan por ser mujeres trans; y así una interminable lista de etcéteras. 

Y sabemos que la violencia no parará gracias a gobernantes populistas, leyes o reformas. No conseguiremos igualdad en las urnas ni con políticas de “paridad de género”.  La justicia no se consigue con hashtags ni posters con rostros de mujer impulsadas desde grandes bancos o empresas.  Estamos convencidas de que la organización y la lucha son el único camino. Porque solo colectivamente podremos derribar prejuicios y formas de ser impuestas para establecer relaciones más sanas entre los géneros. Solo al juntarnos, enseñarnos y apoyarnos entre nosotras, no podrán encontrarnos en la indefensión de la individualidad. Sólo entrenándonos, conformando grupos de autodefensa y redes de cuidado podremos enfrentar a quien nos quiera violentar en las calles y desde el Estado. 

FRENTE AL MACHISMO QUE NOS MATA, EL ESTADO QUE LO ENCUBRE Y EL SISTEMA QUE NOS EXPLOTA, DEFENDÁMONOS Y NO DELEGUEMOS NUESTRA EMANCIPACIÓN Y SEGURIDAD A OTRXS.  

Contra la violencia machista, organización y ofensiva anticapitalista

15 de noviembre de 1976: preferimos morir luchando que morir de hambre

Pese a que el 15 de noviembre de 1922 sea una de las fechas más recordadas en las luchas populares ecuatorianas, la misma fecha del año 1976 se vivió un alzamiento campesino de proporciones nunca antes vistas. Más de 10 mil campesinos y campesinas tomaron simultáneamente once haciendas para exigir que se cumpla con lo prometido en la Reforma Agraria: obtener la propiedad sobre las tierras que sus familias habían trabajado por siglos. Se cansaron de que los frutos de su trabajo solo enriquezcan a los terratenientes y burgueses.
 
El gobierno de turno, la dictadura militar de Rodríguez Lara, emprendió la represión en las distintas haciendas tomadas. El ejército utilizó gases lacrimógenos, hasta agotar su reserva. Entonces, pasó al uso de armas de fuego letales. Las cifras oficiales cuentan al menos una muerta y decenas de personas heridas.
 
Pese a la represión ejercida por el Ejército, el alzamiento campesino no desistió, y recibió el apoyo de sectores obreros y populares urbanos, así como de estudiantes y docentes universitarios. En un comunicado, el campesinado en lucha declaró que no retrocederían hasta que se haga efectiva la propiedad que por ley les correspondía sobre sus tierras. Declaraban con crudeza que “preferían morir luchando que morir de hambre”.
 
Es inevitable pensar en las similitudes de este levantamiento con el de octubre de 2019, y es imperdonable no aprender de esta jornada histórica de lucha, muchas veces opacada por la fama del levantamiento de 1922. Lo que nos enseñó esta huelga campesina es que ningún gobierno, por más autoritario o violento que pudiera ser, es más fuerte que un pueblo organizado que tiene todo que ganar y nada que perder.
 
Más allá de romanticismos historicistas, reivindicamos las luchas populares de este y todos los países, nos nutrimos de su memoria, aprendemos de su experiencia y preparamos la ofensiva popular.
 
Hoy, ante la arremetida sádica del neoliberalismo, nos organizamos con la experiencia, la inteligencia y la determinación de lxs campesinxs en 1976. Hoy hermanamos las luchas antimineras, que le hacen frente a la muerte, las luchas populares en el campo y la ciudad porque queremos un mejor mañana y porque, también hoy, preferimos morir luchando que morir de hambre.
 
Acción Antifascista Ecuador

15 de noviembre de 1922: Resistir como Tomasa Garcés, Luchar como Alfredo Baldeón 

Alfredo Baldeón Silva fue un obrero panadero, y un revolucionario que tenía 22 años de edad en 1922. Era el presidente de la sociedad «Unión de Panaderos de Socorros Mutuos», afiliada a la Federación de Trabajadores Regional del Ecuador. Ese 15 de noviembre, Alfredo encabezó una manifestación hacia la Gobernación para exigir la libertad de los obreros detenidos. Las fuerzas represoras intentaron dispersar la manifestación disparando con actitud sanguinaria.  
 
«Pero de entre la multitud que huía, heróicos combatientes respondieron buscando armas, arrebatando armas, mataron a quienes al pueblo asesinaban. Y grande,  épico, el valiente proletario Alfredo Baldeón, se puso a la cabeza de la lucha».
 
Alfredo arrebató el fusil a un policía y fue de los primeros en responder al fuego enemigo con fuego, disparándoles sus propias balas. Con su ejemplo, algunos manifestantes se quedaron junto a él resistiendo a la represión.
 
La confrontación no duró mucho, y una vez acabadas las pocas municiones de las que Alfredo disponía, un capitán de la policía lo hirió con su bayoneta. Los obreros, henchidos de orgullo por la valiente acción de su compañero buscaron ayuda médica, pero de nada sirvió, la herida era letal. Alfredo Baldeón murió combatiendo.
 
A pesar de este golpe fatal, sus compañeros no se quedaron de brazos cruzados y lo trasladaron a su domicilio. Ahí, Alfredo fue velado y luego llevado al cementerio. Gracias a esta acción solidaria, se evitó que su cadáver fuera arrojado al río Guayas como los de miles de mártires anónimos.
 
Pero qué sería de este pasaje en la lucha de nuestra clase sin la resistencia y el ejemplo de Tomasa Garcés.
 
En un intento de romper la huelga, la patronal ordenó salir de Durán el ferrocarril. Junto a sus tres hijos, Tomasa se recostó con coraje y valentía sobre las rieles del tren. Su objetivo era evitar que los trabajadores cedan a las presiones y rompan la huelga. Desde ese lugar llamó a sus compañeros varones a imitarla. Muchos se sumaron, impidiendo la partida de la locomotora y fortaleciendo la huelga.  
 
Mujeres sencillas, de origen campesino, costureras y principalmente, las escogedoras de cacao ocuparon las primeras filas – hombro con hombro con los obreros-, de la lucha que culminó con el asesinato de más de ochocientos trabajadores. Junto a ellos cayeron asesinadas cerca de doscientas mujeres con sus pequeños hijos, en las calles de Guayaquil, el 15 de noviembre de 1922.
 
Hoy querermos recordar a todos y todas las caídas en este bautizo de sangre de la clase obrera ecuatoriana. Pero, sobre todo, queremos hacer énfasis en quienes pasan del discurso a la acción. También hoy el pueblo ecuatoriano se enfrenta a un difícil panorama, la arremetida neoliberal ataca con más fuerza a los hogares de la clase trabajadora.
 
Resistiremos como Tomasa Garcés, Lucharemos como Alfredo Baldeon 
A preparar la ofensiva popular
 
Acción Antifascista Ecuador