«Limpieza social» y brigadas barriales de seguridad ciudadana: ¿Qué los compone y qué los diferencia?

Para muchas personas, los términos, “Limpieza social” y “Brigadas barriales” pueden tener características similares, llegando a confundirlos. Sin embargo, profundizar en ambos conceptos, nos da una clara idea de las diferencias que tienen ambas iniciativas.  A pesar de los intentos por juntarlas como algo similar o con un mismo punto de origen, está claro que no tienen un mismo objetivo ni accionar. 

Una limpieza social, desde su nombre, deja en claro una reducción del ser diverso, adjudicándolo como un problema o una lacra a limpiar. Parte de los principios de una limpieza social, es promover el control y la dominación por medio del miedo y la violencia ejercido por  ciertas personas – que se auto perciben como superiores, por nacionalidad, etnia, orientación sexual, etc.-, afectando principalmente a los sectores y personas más desfavorecidas. Las víctimas de estas “limpiezas” muchas veces son el resultado de políticas precarias de un sistema injusto y violento, y terminan pagando con su integridad los errores de terceros.  

En sus actividades de “limpieza social”, muchos grupos de extrema derecha se aprovechan de la inseguridad que las crisis sociales ocasionan, para conducir el miedo y la indignación de los y las vecinas de un barrio contra las personas que su ideología identifica como lacra. Por eso muchas veces, personas comprometidas con su barrio y su comunidad pueden verse envueltas por los discursos de odio “tapiñados”. Tanto los vecinos y vecinas del barrio, como las personas agredidas por los mismos, son víctimas de la ideología violenta y engañosa de dichos grupos. ( https://lahora.com.ec/noticia/622681/skin-heads-siembran-el-pnico-en-quito-)

Por otro lado, las brigadas barriales, promueven, no solo, la seguridad colectiva desde lo relacionado a la delincuencia, también tienen enfoques hacia la salud, cultura, convivencia, educación, entre otros puntos, con una intención de reconstrucción del tejido social, atendiendo así el abandono e indefensión en el cual el estado mantiene a los barrios populares. Las brigadas barriales no promueven vigilancias con el porte o uso de ningún tipo de arma, legal o ilegal. Las brigadas barriales no tienen potestad de agredir ni condenar a nadie, física o psicológicamente, tampoco a intimidar, dominar, o tomar justicia por mano propia.

«!Queremos nuestros barrios limpios¡»

¿Limpios de qué?, sería la siguiente pregunta; a esta le acompañaría ¿quién juzga si una persona encaja en el perfil de delincuente o no?.  La palabra “delincuente” tiene muchos contextos y matices, y debe ser entendida con cuidado y dentro de un contexto amplio. No permitiremos que la manipulen, ni mucho menos que “hagan justicia con mano propia” grupos violentos con ideologías supremacistas, grupos que en muchas de las situaciones son jueces y parte del mismo problema. No dejaremos que se asocie con la delincuencia a las personas en situación de calle, hombres y mujeres explotadas sexualmente, personas en situación de movilidad humana, personas desfavorecidas, jóvenes, y cualquier “tipo” que incomode al pensamiento fascistoide en su poca consciencia, alto ego e injusticia. 

No dejemos que se promulgue el odio por parte de quienes usan esta y otras palabras, para camuflar la ineficiencia del sistema, minimizando no solo la problemática, sino también a las personas, otorgándoles una categoría negativa. Mientras tanto, quienes tienen la responsabilidad real y se benefician de la violencia (El Estado, La Burguesía, El Capital), miran y apoyan estas conductas claramente fascistoides e inhumanas. 

Aplaudimos y nos solidarizamos con toda actividad organizada e iniciativa autoconvocada que se deje en evidencia los errores y desatenciones del sistema, que no se quede impávida ante las injusticias y la negligencia e ineptitud del Estado y la Policía. Lo que rechazamos categóricamente es la manipulación de dichas iniciativas que hacen grupos de extrema derecha, fascistas y nacional socialistas para introducir su putrefacta ideología.

A ellos les decimos: ¡No Pasarán!

Por barrios organizados y unidos
Por  barrios donde nadie sea juzgado por su aspecto o procedencia
Solidaridad de clase

 

  

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